Saludos.
Hace tres meses que no actualizo el blog, pero el tiempo sigue corriendo y con la llegada del verano el mantenimiento a las habitaciones tanto reales como virtuales se hace necesario.
¿Dónde estaba yo hace tres meses? Donde estaba hasta hace tres días: radicando en Hermosillo, Sonora, donde residí el último año y medio. Y sin embargo hoy me encuentro de nuevo en Monterrey, ciudad a la que llegué hace nueve años y once meses, donde tienen su humilde Nido del Cuervo para cuando quieran visitarme. No es fácil echar a andar una casa que estuvo detenida en el tiempo desde enero del 2014, pero poco a poco saldré adelante.
Ahora bien, más allá de estos cambios, la idea de esta entrada era platicar un poco sobre mi participación en la revista Heavy Metal #275, editada por RG Llarena...
...Y publicada también en español como Metal Pesado #1:
Todo comenzó a fines del año pasado: Llarena y yo solemos platicar frecuentemente por el messenger de facebook o por el de gmail. Me invitó a colaborar con este número, en el que la historia tendría que ser de entre 8 y 16 páginas, y tocar el tema de "Cyberpunk + Realismo Mágico".
A partir de ahí tuvimos una larga conversación sobre ambos géneros. Hemos escrito (y co escrito) sci fi desde hace varios años para Horizonte Cero y algunos otros proyectos de cómic. En cuanto al género del cyberpunk, tenemos visiones un tanto separadas: mientras que para él es un género que lo influyó profundamente, para mi (que tengo una formación mas de la vieja escuela del sci fi, y me siento mas cercano a la corriente del ribofunk o biopunk, que es posterior al cyberpunk) es un género que desde mediados de los noventas fue superado por la realidad: claro, no hay realidad virtual inmersiva aun, pero cuando camino por la calle y me doy cuenta que todos van clavando la mirada en su celular, más preocupados por facebook que por los problemas reales entre los que caminan, no puedo sino pensar que vivimos dopados en la aparente conexión con todo el mundo... y completamente aislados de nuestro entorno. Si el 2015 no es una distopia cyberpunk, entonces yo debo venir de una realidad alternativa.
Sin embargo las reglas del juego las pone el Editor, y me ceñí al género.
La parte de Realismo Mágico era bien conocida por mi, pero hubo algunos detalles que pulir:
Tengo muy presente una entrevista en la que Gabriel García Márquez hablaba de la gestación de "Cien años de soledad" (una de las novelas que me han volado la cabeza) y mencionaba que quería contar una historia que ocurriera solo dentro de una casa, pero no hallaba como. Llegó a sus manos "La Metamorfosis" de Kafka y dijo "¿Pero es que se puede hacer esto?" y así pulió su idea.Básicamente a diferencia de la fantasía o el horror, platicando con Llarena surgió esta idea acerca de cómo aproximarse al género: Hablamos de que las partes fantásticas de las historias no eran eventos sobrenaturales que sorprendieran a los personajes, ni tampoco requerían explicación. Eran y punto. Podemos hablar de un mundo donde el fantasma del abuelo aun va a cagar a la letrina a media noche, y nadie se espanta, o donde un hombre "enferma" al despertar convertido en un escarabajo gigante y su familia lo desprecia no por tener caparazón de quitina, sino por ser una carga. Un mundo donde dioses y hombres conviven...
...Junto a un entorno hipertecnológico y distópico.
Pensé que la historia tendría que reflejar esa parte de la profunda desigualdad que vivimos en latino américa, que es para los visitantes de Estados Unidos y Canadá (como Monsieur Becquer) solo un destino turístico o de donde vienen sus drogas o materias primas baratas, incluidas las personas. Sin embargo no me ciego y he viajado lo suficiente por este país como para saber que "para un cabrón, cabrón y medio" y alejándome de presentar a los mexicanos como víctimas de los gringos, preferí ser mas realista y presentarnos como lo que somos, gente buscando un modo de vida.
Y si bien el cyberpunk es un entorno donde "la tecnología repta por doquier", era necesario reflejarlo de forma realista: antenas digitales en casuchas pobres, tatuajes que se iluminan cuando hay transferencia de datos blue tooth, e incluso estar siempre online no con un smart phone, sino con ojos biónicos, como hace el personaje principal. Quise contar una historia donde cualquier lector usuario de redes sociales se pudiera identificar: el uso de hashtags cuando Bec habla, el pago a través de un apretón de manos gracias a una versión de PayPal, y por supuesto una interacción con seguidores anónimos para el lector, que aparecen solo en forma de "likes" mientras vemos con morbo a través de los ojos de Bec.
En cuanto a la parte del realismo mágico, no quiero arruinar la sorpresa, solo tienen que googlear en otra ventana la palabra "Itzam" que aparece en el título.
Cuando el guión estuvo listo (y en su sexta revisión por parte de Llarena) me preguntó a quien quería de artista. Por el entorno lleno de fuertes claroscuros de la selva, pensé en Mora Mike, paisano mío de Tampico, Sabía también que otro paisano, Jaime Martínez, haría las letras.
Mike empezó con el diseño de personajes y estuve a punto de compartir la primicia en facebook a fines del año pasado, pero por prudencia esperé.
Aunque al inicio tenía a otro colorista en mente, opté por recurrir a Jesús Aburto, avecindado en Monterrey y amigo de hace varios años, con quien frecuentemente converso en sus "Cheves Tranquis" de los jueves por la noche en join.me: Aburto aceptó pero por su carga de trabajo en Marvel no podría colorear sin flats (plastas) y para ello Charo Solís (quien tiene la doble carga de ser asistente de colorista para Image y 2000AD y además estar casada con Llarena) se ofreció a apoyarnos. Así que un equipo de cuatro tampiqueños y un regio estaba armado.
La presión para sacar a tiempo esté número fue importante, acorde al nivel de compromiso adquirido. No me gustaría estar en los zapatos de Llarena... bueno, en realidad si, pero reconozco porque lo vi de cerca que la presión y las demandas a las que fue sometido, son cosa seria.
Si lo ven, invítenle un shot de tequila cuando menos. Se lo ganó.
¡A volar!
P.D: No dejen de adquirir esta edición en su tienda de cómics especializada ;)
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